La pasada semana la dulce Lucía me trajo una cajita de bombones y el viernes para terminar dulcemente la semana los comimos entre todos.
Estaban riquísimos; muuuuchas gracias a la familia de Lucía.
NINGÚN DÍA ES IGUAL A OTRO, CADA MAÑANA TIENE SU MILAGRO ESPECIAL , SU MOMENTO MÁGICO, EN EL QUE SE DESTRUYEN VIEJOS UNIVERSOS Y SE CREAN NUEVAS ESTRELLAS.
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