La semana pasada hemos estado trabajando el arte en la prehistoria. Hemos pintado con carboncillo nuestra cueva y nuestros preciosos cuadros, de ahí que hayan llegado a casa hechos unos desollinadores, ja,ja,...imaginad como quedó el aula, no había toallitas húmedas que limpiaran tal estropicio; pero yo soy de las que piensan que para jugar, aprender y divertirse también hay que mancharse, para eso está el mandilón, ¿no?
Además de eso también hemos hecho una especie de vasijas con barro, y nos han quedado muy muy bonitas; así dentro de nada tendremos un yacimiento de verdad en nuestra clase, pues la semana que viene aparecerán enterradas en cajas, junto con los huesos que nos sobraron de los carnavales, ¿no es genial?
Mirad lo bonitas que están, mis chicos son unos magníficos alfareros.