Como era de esperar mi profesión me ha convertido en una china-gallega, que no para de sacar fotos como una poseida a cualquier cosa que ve porque, "a mis alumnos les puede interesar" y así vamos de un lado a otro cámara en mano sin parar de activar el flash.
Pues bien, lo primero que vi que me interesó fueron unos gigantes molinos de viento, y aprovechando que esta semana íbamos a ir a los molinos de Poio, mi hermana me ha sustituido en la faceta de gallaga-china y me ha sacado unas fotos desde el coche, no son buenas pero... son molinos.
Había perritos...
Había pajaritos...
Había muchos caballos de raza gallega (son más pequeños, y muy,muy bonitos), vacas de muchos tipos, marroncitas con cuernos cortos, otras marrones más intenso con unos cuernos largos y con los ojos pintados(parecía que iban maquilladas...eran muy bonitas), había perros de raza palleira, que es una especia en peligro de extinción, había bueyes, que eran muyyyyyyyyyyyyyy grandes y había una cosa muy bonita; dos bueyes que tiraban de un carromato, era como viajar al pasado.
Pero de entre todas las cosas que vi la que más me gustó, fue una gallina ponedora con sus huevitos, que estaba en una jaulita, ajena a todos los que estábamos allí, únicamente preocupada de sus pollitos que entraban y salían de sus alas sin parar. Era digno de ver, os lo aseguro, ese instinto maternal hace que el mundo se pare ante tanta ternura.
Una de las exposiciones que más me gustó fue la de los bonsais, porque os aseguro que eran muy muy bonitos. Alguno de ellos estaba sobre una piedra, otros nacían dentro de troncos de árboles, otros estaban plagados de flores... eran ...mirad, mirad.
Os he contado muy por encima lo que vi en la feria, porque si me extiendo podría estar escribiendo horas así que espero que os hagáis una idea, y os animéis a ir el próximo año.
Desde luego os aseguro que merece mucho la pena.
Sin más me despido con muchos besiños.
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